Sully Prudhomme El jarro quebrado El jarro en dónde muere esta verbena de un golpe de abanico fue quebrado; apenas le debió rozar el golpe, ningún ruido aún lo ha revelado; empero en el cristal, dia por dia, mordiendo la ligera rajadura, lo ha ido rodeando lentamente con una marcha íntima y segura. El agua poco a poco se ha extinguido y el jugo de las flores se ha agotado; nadie se ha dado cuenta todavía; no vayáis a tocarlo: está quebrado. Así también la mano que se ama rozando al corazón le hace una herida; luego se va rompiendo por sí solo, y la flor del amor pierde la vida. a los ojos del mundo, intacto siempre siente crecer, llorando resignado, su herida fina, íntima y profunda; no vayáis a tocarlo: está quebrado.
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